Hoy tenía
programa otra entrada en el blog, una entrada que me parecía realmente
importante, pero no he podido evitar el tener que retrasarla.
Ayer fue el
primer día que los niños podían salir a la calle, las instrucciones parecían
claras:
- -Distancia de seguridad
- - Un adulto con máximo dos niños
- - Paseos de una hora
- -Mascarillas
- - Distancia de seguridad al cruzarse con otros niños, pudiendo hablar con ellos un momento manteniendo la distancia.
- -Se podía sacar un juguete propio
- - Niños de la misma unidad familiar
- - Etc.
Las
instrucciones parecen lógicas. Profesionalmente, apoyo la decisión, era momento
de dejar salir a los niños a la calle con estas precauciones. Necesitan aire
puro, poder correr y ver la luz del sol. Las cifran acompañaban a empezar a
salir de la burbuja de nuestras casas y de esperar más, se pueden dar
trastornos psicológicos que pueden llegar a ser tan importantes como el virus,
por lo que hasta ahí todo correcto.
Todo correcto
hasta que empiezas a ver imágenes del día de ayer. Personalmente al principio,
teniendo fe en el ser humano y comparando con lo que veía a través de mi
ventana, quería que creer que los videos y fotos que circulaban, como pasa en
tantas otras ocasiones, no se correspondían con la realidad, sino que eran
imágenes de semana santa o puentes de otros años. Pero luego en algunas de las
imágenes veía a niños y adultos con mascarillas, por lo que no me quedaba otra
que aceptar que, al menos esas, eran actuales.
Esto me
lleva a hacerme varias preguntas, pero una de ellas es ¿sabemos qué es la
responsabilidad social? “ Es el compromiso, obligación y deber que poseen los
individuos, miembros de una sociedad de contribuir para una sociedad justa y de
proteger el ambiente. Tiene acciones positivas (actuar) y negativas (abstenerse
de actuar). En circunstancias “normales” no tiene validez legal el término,
pero en estas si, puesto que son normas con nos han impuesto ahora mismo. Sin
embargo, a nivel moral y de convivencia, no hay duda de que es algo realmente
necesario para vivir en armonía.
Estoy
convencida y me consta que muchas personas han salido con responsabilidad, el problema
viene cuando hay personas que se creen por encima del bien y del mal, por
encima de las normas y hacen lo que les viene en gana.
Cierto es
que si todas las familias hubiesen acatado la norma y solo una hubiese salido
con los dos progenitores a dar un paseo con sus niños no hubiese pasado nada,
lo que pasa, lo que no entienden algunas personas, es que… nadie tiene más
derechos que nadie y que si una parte de la población es igual de egoísta,
ocurre lo que en muchos lugares ocurrió ayer, que se junta una marea de
irresponsables a los que es complicado gestionar. Que en esto no hay
excepciones, no debe haberlas.
Parece que
la gente se olvida de que la irresponsabilidad de estos días se paga con enfermedad,
con colapsar a médicos que llevan 45 días trabajando a destajo y a los que como es normal ya les pesa el
cansancio, que la irresponsabilidad conlleva elevar el número de contagio y
defunciones, y que esos número no son cifras, son vidas. La irresponsabilidad
nos lleva a más días encerrados, lo que provoca seguir con la economía del país
prácticamente parada, familias en PARO e incertidumbre. La irresponsabilidad
lleva a más días en casa, desarrollando depresión, ansiedad y miedos.
Así que, aparte
de salir a las 20h de la tarde a aplaudir, vamos a hacer las cosas bien, porque
no estamos de vacaciones. Nuestro deber ahora es cumplir, tomar las salidas
como lo que son, un paliativo para los niños que son los más débiles y no un
día de Pasqua, esperar así que los adultos podamos disfrutar de lo propio, para
que poco a poco, la rutina, el día a día vuelva.
Qué triste
pensar que en España haya tanto egoísmo como generosidad, tanta gente
incompetente como válida, tanta responsabilidad como irresponsabilidad.
Qué pena
llegar a pensar que, si hubiesen salido solo los niños, sin adultos, lo
hubiesen hecho mucho mejor.
Espero quede
esto en un desliz, que no volvamos atrás y todos hagamos un examen de
conciencia.
Por favor, responsabilidad
social y sentido común, necesitamos que el mundo vuelva a girar.